Somos unos idiotas... digo somos:
'Hoy no he hecho nada .' ¿Qué? ¿Es que no has vivido? Esto es no sólo lo fundamental, sino la más ilustre de todas tus ocupaciones...
Si has aprendido a cómo regular tu conducta, ya has hecho más que alguien que haya escrito un libro. Si has aprendido a descansar, ya has hecho más que alguien que haya conquistado ciudades o imperios.
Montaigne
~ Instrucciones para la meditación
Muchas veces pensamos que las enseñanzas son ideas que se expresan con palabras. Y bastante a menudo ofrecemos las enseñanzas en charlas del dharma o en conversación a partir de un texto. A veces, impartimos las enseñanzas sin decir muchas palabras, haciendo un pase de diapositivas, un concierto o estando en la naturaleza. Pero las enseñanzas que tienen más fuerza son las que se generan de forma espontánea, en la naturaleza o solamente por estar juntos. Las enseñanzas más importantes proceden de la vida y se expresan a través de nuestro propio corazón.
Enseñanzas y aprendizaje significa intercambio. Nuestro poder más sutil para transformar nuestra existencia se manifiesta cuando nos reunimos de forma honesta, sin expectativas, sin desempeñar ningún papel predeterminado. Las enseñanzas para la sanación y la transformación no son trozos de información que viajen en una sola dirección, de alguien en un estadio superior a uno en un estadio inferior. Es posible que estemos perdiendo el tiempo decidiendo quién es superior e inferior, o si el facilitador es “perfecto”—cada uno de nosotros es como es, incomparablemente vivo, tal y como somos. Y a veces nos encontramos.
En las enseñanzas y el aprendizaje tiene que producirse una cierta química. No todas las formas de enseñanza son las adecuadas para todo el mundo. Open Dharma anima a los participantes a explorar distintas enseñanzas con sabiduría e intuición, en vez de seguir modas determinadas. Es incluso posible que determinadas enseñanzas calen en nosotros, a pesar de que nuestra mente encuentre fallos en el facilitador, en las palabras que se dicen o en los otros participantes. El aprendizaje no es un proceso mental, a pesar de que la mente sirva en el proceso.
Las enseñanzas y el aprendizaje requieren improvisación. En vez de pedir a los participantes que copien los métodos de otros, los facilitadoras los invitan a que experimenten. Necesitamos que nos den ánimo para escuchar nuestra voz interior —el recuerdo de nuestra conexión con lo que nos rodeaba cuando éramos niños, o aquello que nos movía para bailar o subirnos a un árbol. Las enseñanzas de Open Dharma se ajustan a las personas que participan en el retiro, ya sea en las instrucciones para la meditación o durante una entrevista.
Las enseñanzas y el aprendizaje requieren receptividad. Aprendemos cuando nos encontramos el uno al otro o vivimos con la mente abierta. Cuando miramos el mundo con la actitud de un niño, percibimos cosas que nunca antes nos habíamos dado cuenta. Cuando alguien presta realmente atención a lo que estamos diciendo, aprendemos, nos enseñamos y nos escuchamos decir lo que realmente queremos oír. O puede que lo que necesitemos oír lo diga otra persona, alguien que también está conectado a la misma fuente de sabiduría que nosotros.
Como el poeta estadounidense Wendell Berry dice, podemos aprender de cualquier cosa. Lo que se requiere es querer aprender.
