retiros de meditación open dharma
~ Meditación con Open Dharma

Parece que estar tumbado es una postura muy buena para las personas que empiezan. Les permite evitar la angustia de acostumbrar el cuerpo a estar sentado, una postura poco natural para los occidentales acostumbrados a los sofás y las sillas. Pueden poner así más atención a lo que surja de su propio ser.”

by Nicko G.

Muchas personas asocian los retiros de meditación budista (o incluso la meditación) a dolor físico y situaciones de austeridad.

A mí, sólo pensar en sentarme con las piernas cruzadas durante dos horas al día me da dolor de espalda.

Nos dicen que para meditar hay que relajar nuestro cuerpo y mente. ¿Cómo es posible conseguirlo si nos tenemos que levantar antes de que salga el sol e ir a la cama sin cenar? No me parece a mí que sea nada agradable.

Vipassana significa literalmente “conocimiento” o “ver las cosas como realmente son”. Es un método de meditación que enseñó Buda como forma de auto-transformación y auto-observación.

El objetivo de esta práctica es conseguir que nuestra mente, cuerpo y sensaciones sean conscientes del momento presente, para erradicar las impurezas mentales, logrando con ello la más alta dicha a través de la completa liberación.

Si consultamos las enseñanzas de Buda vemos que hablaba de meditar en posturas naturales - sentado, de pie, caminando y tumbado.

A lo largo de los siglos, se han desarrollado métodos para que los meditadores pudieran profundizar según estas enseñanzas. Estas tradiciones se han transmitido a lo largo de generaciones y se han mantenido vivas en los países budistas, sobre todo en los que ha arraigado el budismo Teravada, como Myanmar, Tailandia, Laos y Sri Lanka.

En las últimas décadas, estas tradiciones han llegado a otras partes del mundo de la mano de tendencias espirituales, como la denominada “New Age”. En toda esta combinación, aparecen nuevas conexiones y mientras que muchos prefieren prácticas tradicionales, otras formas de exploración de las enseñanzas ancestrales están emergiendo.

Una hermosa confluencia de caminos es la formada por un grupo de acharias (maestros espirituales) viajeros, denominados Open Dharma, compuesta por; Ajay, un místico de la India, Jaya, una estudiante de Harvard de la no dualidad, que enseña meditación budista y Gemma, una ex monja contemplativa y activista social de España.

Este grupo se ha convertido en el centro gravitacional para una comunidad creciente de buscadores espirituales de todo el mundo.

En un reciente retiro en el que participé, las enseñanzas del día iban desde traducciones directas y debates de las canciones de Meera y otras mujeres místicas de la India, a formas de explorar el camino espiritual en la vida diaria, hasta historias de místicos del cristianismo como San Francisco.

El programa reflejaba la “apertura” de esta fragancia tan especial denominada Dharma, con clases de yoga meditativo por la mañana, canto de mantras por la tarde y tiempo para pasear por la naturaleza y para estar contigo mismo.

Pero para mí, la mayor revelación fue el énfasis en la meditación tumbado.

En cada sentada de meditación, los meditadores eligen si se van a sentar o tumbar. Los primeros días, algunos de los que deciden tumbarse se quedan dormidos, lo cual muchos piensan que es una pérdida del tiempo.

Las profesoras nos repetían que en Occidente en general no se descansa lo suficiente y eso se manifiesta cuando se crea un entorno en el que te puedes relajar. Una y otra vez nos pedían que confiáramos y viéramos lo que pasaba. También nos decían que consideráramos los ronquidos como un sonido más de la naturaleza.

Parece que la postura de tumbado es una postura muy buena para las personas que están empezando. De esa manera no tienen que pasar la angustia que supone el proceso de acostumbrarse a una postura tan poco natural para los occidentales como la de estar largo rato sentado en el suelo , pudiendo así poner más atención en el descubrimiento de lo que surge de nuestro interior.

Pero los meditadores con más experiencia también pudieron descubrir sorprendentes beneficios. Estos meditadores han logrado un determinado control de la mente y se pueden sentar en silencio sin mucho esfuerzo. Pero la pérdida de control cuando están tumbados les puede abrir nuevas puertas de comprensión. Tal y como nos habían dicho las profesoras, a medida que iban pasando los días y estábamos más descansados y relajados, se empezaron a producir cambios. La energía en la sala de meditación se había vuelto más suave y tranquila, incluso más femenina se podría decir. En este silencio profundo, cada uno de nosotros podíamos explorar nuestras vidas, nuestras relaciones, nuestras elecciones, o todo aquello que nos impide ser felices. El ahora.

Con la amorosa guía de las profesoras y la calidez del grupo, logramos sanar heridas y experimentar mucho amor y comprensión.

En la charla de clausura, nos dijeron que para que ese nivel de conciencia creciera teníamos que tratarnos a nosotros mismos como si estuviéramos embarazados: cuidándonos amorosamente y cuidando al mismo tiempo la semilla que llevamos dentro para permitirle crecer y madurar.

Después de diez días en silencio, fue un poco extraño pero bonito a la vez volver a hablar con los demás para compartir todo lo que pacientemente habíamos estado acumulando.

Algunos abandonamos el retiro y otros se quedaron para el siguiente. Pero incluso después de separarnos, el grupo se mantiene en contacto a través de los correos electrónicos. Informaciones sobre otros retiros se mandan a través de e-mail y puedes encontrar instrucciones de meditación y enseñanzas en la página http://www.opendharma.org.

Después de años de viaje como un grupo espiritual nómada, intentando aportar luz y comprensión allá donde van, esta ciber-comunidad móvil está intentando crear un hogar en uno de los bosques más bonitos de España.

Parece que el grupo es ahora como una mujer embarazada, cuya semilla crece y se prepara para salir y ver la luz.

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